sábado, 9 de julio de 2011

Enchanted ~ O8.

-Joseph- sentí un puño en mi brazo - ¡Joseph despierta! -
"Qué quieres" dije apenas, entonces me di cuenta de que mi hermano me miraba furioso, inmediatamente me di cuenta del porqué.
Me senté lo más rápido que pude, considerando que recién despertaba, ella movió su cabeza, también estaba despertando.
-Te dije que no lo hicieras-
-¿Que no hiciera qué? ¿Que nunca más hable con Demi?- dije levantándome, pasando por encima de ella.
-Nick, por favor...- dijo Miley haciendo su entrada en la escena. Tomó a mi hermano de la mano y salieron apenas.
-¿Qué le sucede?- susurró Demi, la miré y estaba refregando su ojo derecho con su mano, se veía tan adorable que me dieron unas ganas tremendas de llenarla a besos, pero no podía.
-No tengo idea- respondí mientras ella se sentaba en la cama.
-¿Quieres venir a una fiesta conmigo?- su cara cambió repentinamente
-¿Qué? ¿Cuándo?-
-Hoy, no te preocupes mi hermanito no irá, así que no habrán escándalos- sonreí.
-Pero... no estoy arreglada- dijo asombrada
-No importa porque siempre te ves hermosa- ví como se sonrojó, más adorable aún - pero si quieres arreglarte... puedo pasar por tí luego.
-Está bien- dijo sonriendo
-Bien, yo también iré a cambiarme... nos vemos- me despedí con un beso en la mejilla y salí corriendo, subí a mi auto y conducí hasta la tienda de un amigo.
-¿Me ayudas?-
-¿Para quién esta vez? ¿Otra "chica especial"?-
- No... de hecho sí, esta si es especial- observé su cara de incredulidad.
-Seguro...- 
-Bien, ¿podrías darte prisa?- decidí no insistir, últimamente, aunque debatiera por horas, nadie me creía.
-¿Rosas, o...?-
-Lo que sea, algo diferente-


Fui a mi casa, después de desarmar todo mi clóset decidí ponerme unos pantalones negros, una polera negra con diseño y una chaqueta, también negra, con mis imperdibles zapatillas blancas. Arreglé un poco mi cabello, miré la hora, había pasado poco más de hora y media, casi dos. De nuevo, fui corriendo hacia mi auto, sin antes ponerme un "toque" de perfume.


Llegué a su casa a eso de las 21:00 hrs. toqué el timbre y abrió la persona que menos quería.
-¿De nuevo aquí?-
-No, soy una alucinación. ¿Me dejas pasar?-
-¿Y para qué traes esas flores?-
-No te importa- Estaba casi seguro de que este imbécil no me dejaría pasar.
-¡JOE!- gritó Miley detrás de su hermano - ven, pasa- Trace bufó, me asesinó con la mirada y se fue.
-Gracias- sonreí
-¿Y esas flores? Oh... ¿vienes por Demi no?- dijo molestándome.
-¿Dónde está?- reímos
-Arriba, pero ¿sabes qué? mejor le digo que baje- asentí.
Luego de un rato bajó ella sola, se veía hermosa, más de lo usual, no creía que fuera posible. Traía puesto una especie de vestido negro, su pelo liso, y un bolso café. Me quedé completamente pasmado, caminé rápidamente hacia ella, estiré mis brazos bruscamente haciéndole notar las flores que le había llevado.
-Eh, toma... son para ti- sonreí- por cierto, te ves hermosa.
Sus ojos brillaban, tomó las rosas, y me abrazó.
-Tú también te ves hermoso- me miró directo a los ojos y dejó ver esa hermosa sonrisa- me gustan mucho, las rosas... azules, son mis favoritas ¿lo sabías?.-
-No, sólo, sólo quería algo especial para ti, ya sabes, tú eres... diferente, me gusta eso en ti- como en ocasiones anteriores, nuestros cuerpos se habían acercado tanto, como si estuviéramos magnetizados.
-Oh, mi hermanito- dijo Nick, bajando la escalera. Noté que Demi sólo agachó su cabeza, ninguno de los dos nos separamos del otro, yo lo miré.
-Ya nos vamos- tomé la mano de Demi alejándonos de él
-Disculpa.- dijo cuando estábamos por irnos. Lo miré, no entendí a lo que se refería, pero parecía sincero, sólo le sonreí y finalmente nos fuimos.


Registramos nuestros nombres en la lista y entramos, el lugar era grande, pero debido a la cantidad de gente que había, parecía angosto.
Al principio había un mini cocktail, sólo comimos un par de aceitunas y tomamos unos tragos suaves.
-¿Me concede esta pieza, señorita?- Estiré mi mano hacia ella con una pequeña reverencia cuando empezó a llenarse la pista, tocó mi palma con sus delicados dedos y la guié hasta el centro.
Se movía tan elegante pero al mismo tiempo con ese toque de sensualidad que me encanta en ella, nos sonreíamos de vez en cuando, pero nuestros ojos estaban siempre conectados. Sentí algo vibrar en mi bolsillo, revisé y efectivamente me estaban llamando. Ella me miró, tomó mi mano y salimos de ahí.
-Habla tranquilo, yo te espero- dijo animada. Era tan espectacular, le sonreí y fui al baño, que era el lugar dónde había menos ruido. A pesar de todo, apenas escuché, era Nick, entendí algo de mi otro hermano, Kevin, al parecer vendría. Le mandé un mensaje diciéndole que me contara luego, y volví a la fiesta. Busqué a Demi cerca de las mesas, el lugar dónde estábamos. De pronto la vi bailando con un rubio, ella se veía muy feliz... ¿él? Lo poco que vi de su cara, se la estaba comiendo con los ojos, y tenía sus manos pegadas en su cintura. Algo despertó en mí, pero esperaría un poco.
Encontré a unos amigos, nos fuimos a sentar a los sillones del otro lado del salón y nos quedamos conversando un buen rato, de pronto sentí unos brazos rodeando mi pecho y una tibia respiración en mi oído. "Hola" dijo, y al minuto se separó para plantarse a mi lado sonriendo de oreja a oreja. No pude evitar hacerlo yo también.
Otra vez, tuve que presentarla a mis amigos, a mis amigas presentes ahí también, pero no me gustaba tener que presentarla a ellos, era hermosa, y de alguna forma, ya estaba seguro de que quería que fuera solo mía. Bailamos un poco más, pero no me atreví a nada.
Fui a dejarla hasta su casa, seguramente Nicholas seguía ahí, pero ahora quería estar solo, me bajé yo primero, rodeé el auto, abrí su puerta y caminé con ella hacia la entrada.
-Gracias- dijo sonriendo, de espalda a la puerta, yo estaba frente a ella. -la pasé increíble-
Me hundí en sus ojos cafés, brillaban bajo la luna y la tenue luz de la entrada, era hermosa. Puse mi mano derecha en su mejilla, la otra en su cuello, me acerqué lentamente, ella cerró sus ojos, nuestras narices se tocaban la una con la otra. Sentía todo paz en mi interior, rocé sus labios... pero no pude. "Lo siento" dije sobre respiración, no me atreví a mirarla otra vez, me subí a mi auto y partí.



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