sábado, 9 de julio de 2011

Enchanted ~ O9.

Por qué, si todo iba bien. Eran alrededor de las 9:00 de la mañana, no pude dormir más, aunque mi cuerpo lo quisiera, mi mente estaba hecha un lío. A pesar de todo, fue hasta ahora el mejor momento de todo lo que he pasado en Los Ángeles, pero él... él quería besarme, él tomó la iniciativa para después dejarla. "¿Qué hice mal?" me preguntaba una y otra vez mientras observaba el ramo de rozas azules en un florero sobre mi escritorio, siempre habían sido especiales para mí, no tenía idea por qué, pero eran algo que reflejaban mis sentimientos.
Se abrió la puerta y mi mejor amiga se dejó ver por entre medio, con una sonrisa enorme.
-Good morning sunshine- entró con una bandeja enorme en sus manos, jugos naturales, rodajas de pan, era como un desayuno bufete. -¿Y...? -
- Está delicioso - dije tomando el jugo de naranja.
- Me refiero a cómo te fue anoche -
Si no hubiese tragado ya el jugo, lo escupo. Pero, como no puedo ganar nunca ni en mi propia historia, me atoré y tosí tanto que pensé que moriría. Era mi mejor amiga, obviamente le conté todo, cada mínimo detalle.
-¡¿SE BESARON?!- dijo atónita
- No, Miley, no...- contesté cabizbaja, jugando con mis dedos.
- Pero él quiso besarte, y si lo pensó, es porque le importas...-
-... o porque no me quiere lo suficiente. Disculpa, voy al baño-
Me lavé la cara y quedé contemplando mi reflejo en el espejo. No lograba sentirme cómoda conmigo misma, pero si ni yo misma me quería, ¿cómo podrían los demás quererme?. Que me pasaran una corona, porque me sentía la reina de los imbéciles.
Al salir, me encontré con él.
-Parece que lo pasaste excelente anoche, ¿no?. ¿Le diste al niñito el tan ansiado beso que quería? ¿O algo más?-
Me sentí atacada tan violenta y repentinamente, que, sumado a lo dramática que soy, derivó en ojos llorosos.
-¿Qué? Trace... ¿de qué estás hablando? ¿Qué, qué te sucede?- dije al borde de la desesperación.
-Sabes bien a qué me refiero, ¿no le costó nada conseguirlo, cierto?-
-¿Por qué me estás tratando así?- me sentía humillada, ofendida, pequeña a punto de ser aplastada por un monstruo gigante. Las primeras lágrimas ya brotaban, y a él no le causaba nada, él seguía mirándome altivo, orgulloso, burlón, como si disfrutara verme llorar.
-¿Por qué lloras, pequeña? ¿Quieres que te consuele?- Su mirada se transformó completamente, me miraba con un deseo que hasta con mi baja autoestima pude notar. -Demuéstrame que aún me quieres y te perdono - Me agarró fuertemente de mis caderas y empezó a besar mi cuello, yo no reaccionaba a nada, mis lágrimas recorrían mis mejillas sin parar, y mis sollozos se hacían imperceptibles.
Sentí un ruido sordo, sentí mi cuerpo libre otra vez y vi una fugaz imagen frente a mis ojos.
-Si vuelves a tocarla, otro golpe es lo mínimo que recibirás-
Trace estaba tendido en el suelo, con una mano en su boca, la que sangraba junto con su nariz.
-Nick- Dije apenas, él se acercó a mí, me abrazó por los hombres al mismo tiempo que me agarraba fuertemente de su polera.
Me llevó hasta el patio, el día estaba totalmente despejado, pero, como era temprano hacía un poco de frío. Nos sentamos, en ningún momento lo solté. Me abrazó de un modo tan tierno, me dejé acurrucar por sus brazos, escondí mi cabeza en su pecho y lloré, lloré, lloré. Hace tiempo no lo hacía así, hace tiempo no tenía a nadie que me consolara de esta forma, que sólo me aguante llorar, que no diga nada, me sentí protegida, sentí que por fin le importaba a alguien.

1 comentario: