sábado, 13 de agosto de 2011

Enchanted ~ 17.

Estacioné mi auto, y fui a la puerta, ansioso. Toqué con mis nudillos, pasando por alto que había timbre. De todas maneras abrieron. Era el mismo idiota de siempre, ¿acaso siempre me esperaba para recibirme? no. Pero esta vez estaba diferente, abrió mirando el piso, desalentado, pero al verme su cara se transformó completamente. ¿Miedo?, no creo. Pero definitivamente estaba extraño. "Pasa" dijo de inmediato. No quise preocuparme por él, no tenía por qué. Lo ignoré por completo y subí.
Decidí ir a la habitación de Miley primero, pero no había nadie.  Por lo que me encaminé a la de Demi, mi paso se aceleraba junto con mi ritmo cardíaco. La puerta estaba cerrada, por lo que toqué, la única respuesta que recibí fue un "no", en otra situación lo hubiese aceptado, pero este "no" era algo desgarrado, estaba llorando. Forcé la puerta, y sin mucha dificultad logré abrirla.
Estaba encogida en el piso, estaba acurrucada, abrazándose a sí misma. Y sus lágrimas caían descontroladamente. No supe que hacer, pero mi instinto sirvió de algo y me hizo ir directo hacia dónde estaba ella, la abracé. Nadie podría saber cómo me sentí en ese momento, no podía verla así, su sonrisa era algo que me hacía completamente feliz, me llenaba, pero ahora, no quedaba ni una pizca de esa felicidad. Verla así, me atemorizó un poco. Lo único que se me ocurrió, entonces, fue preguntarle si Trace la había dejado así, lo que sólo sirvió para comprobar lo que me preguntaba, y transformar mi tristeza en furia. Apenas, me lo cruce, es hombre muerto, él también debía saberlo.
Luego, me di cuenta, por eso este imbécil no me insultó, ¿cómo no lo noté antes?. Un momento después, él había llegado como por arte de magia hasta dónde estábamos. Perfecto.
No sé cómo, pero de un momento a otro estaba de pie frente a él, me llevaba una diferencia respecto a  la altura bastante patética, pero me sentía enorme, mi cuerpo ardía por dentro, sentía un fuego intenso en mis brazos y en mis mejillas. Me acercaba a él cada vez más, desafiante. 
Puso sus manos en mi pecho empujándome hacia atrás, ahora sí, no lo perdonaba. Apreté mis puños en cuestión de segundos y me fui con todas mis fuerzas contra su sien izquierda, como es hueso, el golpe sonó hueco y crudo, de alguna forma, logré sentir una satisfacción tremenda. Aunque no debió de haberse visto tan lindo con él en el suelo, las manos en su cara, y yo mirándolo desde arriba con una sonrisa orgullosa y altanera.
-¡Joe!- exclamó Demi poniéndose adelante mío, tocando mi estómago.
-No, Demi, no voy a permitir que esto se quede así- le respondí, exaltado.
-Bien, yo tampoco- estaba seria, pero sus ojos seguían rojos de todo lo que había llorado, definitivamente, no dejaría que esto quedara sólo hasta aquí, debía darle su merecido a este imbécil. -Pero no puedo permitir- siguió -que no respetes la casa de Billy. Aquí no, Joe.- dijo.
-¡Pero Demi!- ella me lo pidió, no seguiría, pero no dejaría de intentarlo.
-Pero nada, ven- en vez de tomar mi mano como siempre lo hace, tomó mi muñeca, y caminó a paso rápido hasta el primer piso, ignorando completamente a Trace, lo que, por un lado, me alegró.
Seguía con mis manos cobijadas en las suyas, se dio media vuelta apoyándose en la pared, sin soltarme.
-Gracias- sonrió de la forma más tierna que jamás había visto, luego, dio un beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios, pero sin tocarlos. -Creo que sería mejor idea, ir a caminar- dijo sonriendo de nuevo, pero tímidamente, yo estaba embobado mirándola. Dios, era tan perfecta, la quería demasiado.
-Sí- contesté.
Fuimos a una pequeña cafetería que estaba por ahí cerca. Pedimos café helados, y fuimos a sentarnos a las mesitas de afuera. El día  se volvía cada vez más caluroso y esplendoroso, además, el rastro de sus lágrimas se estaba borrando, y de a poco, volvía su sonrisa.
-Hasta que decidiste ir a verme- dijo exhibiendo una sonrisa de oreja a oreja.
-Demi, sabes que tenemos que hablar- le respondí, serio. Ella desvaneció su sonrisa, haciéndome notar de que su alegría de hace un segundo no era nada real.
Tenía que hacer esto, pero quería esa chispa en sus ojos de nuevo, quería de vuelta esos momentos en que ninguno de los dos podía dejar de sonreír. Pero, tenía que hacer esto.
-Demi, ¿por qué...?-
No, no puede ser. Justo tras ella, se alzaba una persona sonriente, bastante conocida, sí, porque la conocía. Se acercó a mí, mientras chillaba mi nombre, me abrazó, yo traté de hacer lo mismo. Me sentía verdaderamente incómodo. Aún no aclaraba las cosas con Brenda, se me había olvidado completamente. Ahora esperaba que ella no comente algo, que para mí, ya quedó en el pasado. 
Observé a Demi de reojo, pero ella estaba jugando con su café, revolviendo el contenido del vaso una y otra vez, y su otra mano, sujetaba su rostro.
"¿Cómo estás?" me preguntó, entusiasta, sonriente.
-Sabes, Brenda, estoy...- observé a la hermosa chica de piel blanca y pelo negro que se sentaba al otro lado de la mesa -algo ocupado, ¿entiendes?.- Sonreí, tampoco quería ser grosero con ella.
-Oh, claro- dijo sin dejar de mostrar sus blancos dientes. -Nos vemos algún otro día- ahora, se dirigía a Demi, lo que me hizo sentir menos incómodo que antes. Un minuto después, se fue.
-¿Qué es lo que quieres saber primero?- preguntó decidida. Hice un gesto de negación con mi cabeza, confundido.
-No. No lo sé- balbuceé.
-Quieres saber por qué vine aquí, ¿no es cierto?- sonrío algo avergonzada. Yo sólo logré asentir con mi cara de idiota como acompañamiento.
Tomó un poco de aire. Miró hacia arriba, supuse que tratando de controlar sus lágrimas una vez más. "Bien", dijo al fin.
-Mi hermana...- prosiguió, rascándose la nariz -Maddie, mi hermanita. -Entre todas sus pausas, creo que mejor sería no describir cada una de ellas- El año pasado, le descubrieron la peor enfermedad que un niño puede tener. Por cierto, Maddie es hija de mi madre y mi padrastro, pero eso no importa para mí, yo la amo. La cosa es que, mi hermanita tiene leucemia. No sabes cómo nos afectó, a cada uno de nosotros, pero sin duda, mi madre es la que más lo ha demostrado. Para hacer la historia más corta... un montón de cosas sucedieron después de eso. Mi hermana mayor, Dallas, empezó a estar cada vez más irritable, gritaba, golpeaba todo, y a todos, si es que podía. 6 semanas antes de venirme, le descubrieron esquizofrenia. Esa enfermedad se hace visible a los 20 años, más o menos, por lo que ella... con todo lo que estaba pasando, estaba en la edad. Maddison está estable, creo. Mi padrastro se la llevó a Nevada a tratarse, donde está el resto de su familia. 
Pero, aunque no lo creas, las cosas empeoraron aún más. El problema de Dallas iba en picada. Joseph, ninguna de mis hermanas estaba bien -me miró, con ojos que gritaban ayuda, busqué sus manos, y conforme se las acariciaba, ella se tranquilizaba de a poco- ninguna está bien. 
El tiempo de mi madre era todo en base a Dallas. ¿Yo?, para lo único que soy buena es para llorar, y para estar sola. Lloraba en la cena, cuando iba a dormir, cuando escuchaba música. Hasta que mi madre se cansó. -Las lágrimas empezaban a salir de sus ojos, y yo, sabía que no podía hacer nada para evitarlo- Estaba tan destruida. Joe, la verdad es, que mi madre ya no quería vivir conmigo, me dijo, que no quería verme más. -Deseaba poder decirle "tranquila, si quieres terminemos este tema", pero, seguirlo después, sería peor.- Por eso estoy aquí, porque sólo logré empeorar los problemas de mi familia, Trace me culpó por ello... y tiene razón.-
Su voz, se quebró por completo. Sus mejillas volvían a tener esa capa de lágrimas. "Espérame", dije. Me acerqué a la caja, pasé un billete de 20 dólares, y volví a buscarla.
-Ven- tuve que sujetarla de la cintura para que se levantara. La abracé, la pegué a mí, quería protegerla, necesitaba hacerlo, debía hacerlo. 
Nos dirigimos a la misma plaza en que estuvimos varios días atrás, nos sentamos en una banca, y la dejé llorar. La dejé llorar todo lo que quiso, yo sólo acariciaba su espalda, su cabeza, su cara, y sentía su cuerpo refugiado en el mío. Y si Trace sabía su historia, ¿por qué la trataba así? ¿Por qué alguien le haría una cosa así?. Demi era un ángel, no podía visualizarla haciéndole daño a alguien, tal vez ése fue el problema.
Me pidió que la acompañara, no quiso decirme dónde, pero lo hice. Fuimos en mi auto, a unas dos o tres cuadras de mi casa. Hasta fuera de dónde, hasta hace poco, había una construcción. Ahora, se dejaba notar una casa enorme. Probablemente, la mayor y más linda de los alrededores, nos bajamos. Y ella tocó el timbre. Una voz de mujer preguntó por el micrófono "¿Su nombre, por favor?". 
-Demi Lovato- dijo sonriente. Por cierto, después de una media hora de verla llorar, estuve otra media hora tratando de hacerla reír otra vez, y lo logré, podía sentirme orgulloso de esa habilidad.
Un sonido metálico llenó el ambiente, ella empujó la entrada del portón y dio un paso al frente. Me dijo que la siguiera, y otra vez, lo hice.
El jardín era enorme, desde afuera sólo se veía el sendero que conducía hacia la entrada, por lo que me sorprendí bastante. La puerta estaba abierta, entramos.
El lugar estaba iluminado por la luz del sol, las paredes eran de madera, otras, con un tapiz digno de la realeza. El piso era barnizado, con unas alfombras gigantes. Había una especie de recepción, dónde estaba, lo que supuse que era, la secretaria. "Buenos días", dijo la dama rubia, a lo que Demi respondió con las mismas palabras y gentileza, nos fuimos por el pasillo a continuación, era algo estrecho, y cada lados de las paredes, uno junto a otro, habían discos. Discos de oro, de platino, portadas de álbumes, de distintas bandas y cantantes legendarios que he admirado toda mi vida.
El pasillo si dividía en dos, pero nos fuimos hacia la derecha. La puerta era común y corriente, pero siguiendo el estilo del resto del inmueble. La oficina era gigante, estaba dividida, en oficina, y estudio de grabación. Atrás de un escritorio, había un hombre robusto, alto, con barba.
-Al fin llegaste- dijo. Se levantó en cuestión de segundos y se dirigió a Demi, se abrazaron por bastante rato, luego, ella se dio vuelta, quedando su mirada otra vez conectada con la mía. 
-Joe, él es...-
-Lo conozco- dije, como si hubiese esperado este momento toda mi vida.



3 comentarios:

  1. me haces sufrir tannnnnnnnnto esperando por eso :( kregjrkegj quiero saber luego lo que pasa.
    cuidate :)

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  2. Dmc lindo el cap :D Sigue pronto plz!! Cada vez amo mas a Joe!! Es muy lindo cn Demi :D Ojala y él hubiera sido asi con ella d verdad y no hubieran terminado u.u
    Xaaaau! Cdte muxo

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  3. Sabes una cosa? Hace muy poco que me enganche con tu novela, y ya leí entera, y quiero más! Me encanta la actitud que tiene Joe con Demi, como la trata, la consuela, y la defiende (amé la parte en la cual Joe golpeo a Trace) :| jajaj. Escribís muy lindo. Mi twitter es @OMJitsEviJ
    Yo también escribo, si queres leer es esta:
    http://www.verteotraveznovela.blogspot.com/ ♥
    my lindo tu blog :)

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