domingo, 11 de septiembre de 2011

Enchanted ~ 23.

La abracé más fuerte, pero no con la misma seguridad de antes. Quería demostrarle a Trace que yo estaba con ella, pero no era tan fácil si él estaba acompañada de la chica con la que había terminado la noche anterior.
-Hola- dijo Brenda sonriendo, ésa alguna vez fue mi cosa favorita en el mundo, hasta que vi la de Demi, y todo se me olvidó. -Soy Brenda- se dirigió a Demi esta vez, aún sonriendo.
-Soy Demi- dijo ella repitiendo sus gestos, y ambas se saludaron con un beso en la mejilla.
Ninguno de los dos tenía ganas de hablar con Trace, y estábamos seguros de que él tampoco lo deseaba, por lo que nos despedimos y nos fuimos de ahí.
Llegamos hasta la barra y nos sentamos, Demi se reía histéricamente.
-¿Qué te pasa?- dije, pasmado.
-Lo siento, eso fue incómodo- me respondió nerviosa. Sí, incómodo y bastante, para ser franco. Pero el pensamiento que no dejaba de invadir mi mente, era si algún día, podría hacerle lo mismo que le hice a Brenda, a Dem. Tenía temor de olvidarme de su rostro, de su sonrisa. Pero no creía que fuese posible, ¿cómo podría?, aunque seguramente, me convencí de lo mismo... antes.
-Sí lo fue- traté de reír con ella.
Pedí tragos suaves para ambos, era verano, necesitábamos algo con que refrescarnos.
-Es la primera vez que pido un trago en una fiesta...- sonrió.
-Oh, ¿nunca antes has tomado algo?- pregunté con algo de preocupación.
-Sí he tomado, pero... no en fiestas, te dije- rió, le sonreí, era imposible no hacerlo.
-Entonces, no soy tan mala influencia- me acerqué al mismo tiempo que tomaba su mano.
-No, no tanto- dijo coqueta, nos acercamos, moví un mechón de su cabello que caía en su rostro y lo puse detrás de su oreja, tomé su barbilla, que me encantaba, y dejé que sus labios me sedujeran. Nos atraíamos mutuamente de una forma increíble, nuestras bocas se encontraban como si se hubiesen esperado toda la vida, y danzaban en su propio ritmo, con su única melodía de tenernos el uno al otro.


Fui al baño a "revisar" mi ropa, mi aliento, y mi cabello. Cuando volví, un chico estaba conversando con Demi, lo escuché pedirle que bailara con él, sabía que no era buena idea dejarla sola, era extremadamente atractiva para todos. De todos modos, era un niñito, comparado conmigo; vi cómo se iban hacia la pista, Demi alcanzó a verme y me sonrió.
Me senté en el mismo lugar de antes y me dediqué a observarla, aproveché de pedir algo de bebida. El chico no era algo para temer, estaba en la edad de presumir con los amigos "quién consigue lo mejor", un grupo de chicos de su edad estaban incrédulos de que Demi hubiese aceptado bailar con él, reí para mis adentros.
Dejé al chico disfrutar su momento, cuando ya me estaba aburriendo, decidí ir dónde ellos. 
-Hey, ¿me dejas a mí ahora?- le dije, me miró algo asustado.
-Sí claro- contestó fugaz alejándose de Demi.
-No te preocupes, no te haré daño- reí, el chico sonrió y fue dónde sus compinches. Observé a Demi y también reía.
La abracé, y nos quedamos bailando, otra vez, me tenía hipnotizado. ¿Cómo podía ser tan perfecta?. De pronto, una fuerte luz se encendió cerca de nosotros, nos separamos, y todas las personas en el recinto miramos a la misma dirección. Había una pequeña tarima que servía de escenario, y un proyector se prendía.
-Lo sentimos por interrumpir su diversión- dijo un muchacho a través del micrófono. -pero en el folleto decía que habrían sorpresas, y aquí estamos, ¿les gusta el karaoke?-.
Ya habían pasado unas tres personas a cantar. "¡Ella quiere!" dije, apuntando a Demi, no creí que me escucharan, pero lo hicieron.
-¡Bien! ¿Por qué no te acercas linda?- le dijo el animador.
-¿Qué? ¿Yo qué? No quiero...- balbuceó, pero igualmente, se movía hacia la tarima, bueno, yo iba dándole empujones, y la gente también. 
-Y bien, ¿cómo te llamas?- le preguntó.
-Demi...- dijo apenas, para acercar rápidamente el micrófono a su boca otra vez.
-Pues vamos, Demi, el escenario es todo tuyo- dejó a Demi sola en el escenario mientras la música comenzaba a sonar, y las letras se proyectaban en todas las pantallas del lugar.
Empezó a sonar "Teenage Dream", al principio ella se veía desorientada con todas las luces sobre su persona, pero de a poco se fue acostumbrando hasta que empezó a cantar. Y yo que pensaba que no podía ser más perfecta... ¿su voz? hermosa; nada más puedo decir.


-¿Por qué no me dijiste que cantas como un ángel?- le pregunté al ayudarla a bajar desde la tarima. Me sonrió radiante. Luego de Demi, sólo cantó una chica, pero no se podían comparar. Luego siguió la música, y la invité a bailar otra vez. El ambiente había tomado otro tono, ya estábamos más desenvueltos, bailábamos con más confianza.
-¿Sabes lo mucho que me molesta que todos los hombres de este lugar te estén mirando?- susurré en su oído. Ella rió.
-¿Y tú crees que es lindo ver como a todas se les cae la baba por ti?- respondió poniéndose más cerca de mí, sonriendo. Miré alrededor y, pude comprobar, que, además de todos los "machos" mirándola, habían varias chicas mirándome a mí, está de más decir que a mí sólo me interesaba ella.
-Pero yo soy tuyo y de nadie más- la acerqué a mí por la cintura, quedando nuestras narices chocando.
-Haz que lo sepan- me desafió. Sabía a lo que se refería. La apegué violentamente hacia mí y le planté un beso cómo nunca me atreví antes. Ella me correspondía de la misma forma, con la misma pasión y energía que yo le entregaba, fue uno de los mejores y más largos que he dado y recibido, si no fue el mejor.
-¿Crees que se hayan dado por enteradas?- le pregunté al separarnos, ambos con una respiración exagerada. Tomó mi cabeza con sus manos y me acercó otra vez a ella, me besó pero esta vez de una forma tierna y delicada, algo tan... ella. Sentía mil revoluciones por segundo y un cosquilleo enorme recorriendo mi cuerpo entero. 
Pero todo se apagó de repente. Sentí un fuerte golpe en la espalda, solté a Demi, si no lo hubiera hecho, ella cae conmigo al suelo. Me paré como un rayo y al hacerlo me encontré de frente con Trace, ¿debería sorprenderme?. Ni siquiera me di el tiempo de dirigirle la palabra, mi puño y su rostro tenían temas pendientes por lo que decidieron reencontrarse, pero no fue suficiente, esta vez él había caído, como soy tan buena persona, lo levanté yo mismo tirándolo de la polera, lo empujé, lo empujé hasta que ya no había más espacio, y le pegué otra vez. En un momento, me distraje, y él me devolvió el golpe, en plena boca, luego, otro en mi nariz. Sentía el sabor de toda la sangre en mi boca, lancé un escupitajo al suelo, que resultó en una gran mancha roja oscura, y esta vez, mi mano apuñada se dirigió a su cara con toda la fuerza que pude. Hasta a mí me dio algo de miedo cómo sonó.
-¡Joe!- gritó Demi y se puso frente a mí, con sus manos en mi pecho, me miró asustada y luego me abrazó. Acaricié su espalda. Todos me miraban, con razón; había causado un escándalo, varias personas se encontraban ahora aglomeradas junto a Trace, sinceramente, no me interesaba lo que pasaba con él. 
-Joe...- repitió Demi, escuché su voz adormilada; pero, no, era yo el medio dormido. Veía borroso, puso sus manos en mis mejillas, pero apenas pude sentirlas. Aunque su boca se movía, no podía escuchar su voz, no podía escuchar nada.
Alcancé a ver a un muchacho acercándose rápidamente a mí, me llevaron hasta un auto. Me sentaron y a mi lado estaba Demi, seguía lanzando palabras y yo seguía sin poder escuchar, ni ver, ni sentir bien. Lo último que recuerdo con nitidez, fue su rostro, y sus ojos que no despegaban su vista de mí.




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