lunes, 19 de septiembre de 2011

Enchanted ~ 24.

Abrí lentamente los ojos, algo frío escurría por mi cara. Intenté levantar mi cabeza, pero un fuerte y a la vez suave "no", me detuvo. Con su mano acomodó otra vez mi cabeza en el cojín, para después seguir dando pequeños golpecitos en mi cara con una esponja húmeda. Acarició mi cabello y me sonrió.
-Demi- me quejé, pero lo sonreí como pude -¿dónde estamos?- pregunté con dificultad.
-Shhh- me hizo callar -luego te explico todo, ahora duerme- me contestó dulcemente, puso un dedo sobre mis labios para luego besarlos, frágil. Cerré mis ojos, no sé si me desmayé o me dormí.


"Joe despierta" susurró su tibia voz. Esta vez pude mirar con más facilidad. Demi caminaba hacia mí con una bandeja en sus manos que luego puso sobre mis piernas cuando me acomodé.
-Buenas tardes- rió sentándose en el borde de la cama. Le sonreí, sentí algo diferente en mi sien, palpé en el lugar y pude sentir una especie de vendaje. -Lo siento, hice mi mejor intentó ayer, pero creo que no funcionó- rió.
-Gracias- dije sentándome mejor -¿dónde estamos?-
-En mi casa- me observó. ¿Qué?, me pregunté si en algunas piezas más allá estaba Trace, pero esta habitación nunca la había visto -No te preocupes- carcajeó -es mi otra casa, la de mi padre-. ¿Así que yo estaba convaleciente en la casa de uno de mis modelos a seguir?.
-Soy un debilucho, me pegaron dos veces y me desmayé- dije riendo, pero hablando en serio.
-¿Dos? No lo creo. ¿Te diste cuenta de que cuando caíste te cortaste con vidrio en el rostro y los brazos?- preguntó consternada. Estiré mis extremidades superiores para constatarme de lo que recién me había enterado, no era nada tan profundo pero sí era una buena cantidad de cortes.
-Wow, pero de no ser por mi enfermera especial me hubiese muerto- dije en mi tono de con el que siempre conseguía chicas, me funcionaba perfecto, pero en esta ocasión, era usado sólo porque Demi me gustaba mucho, ella no era como las demás chicas que conocí. Reímos juntos, ella se quedó conmigo toda la tarde, explicando todas las preguntas que yo le hacía.


Al otro día fuimos al centro comercial a pasar el rato, luego de haber estado en mi casa. Cuando llegué mi madre hizo un escándalo de proporciones, tuve que admitir haber estado en una pelea, agradecía "ser grande", porque ya no era castigado, pero me gané un buen discurso, por parte de los dos de mi progenitores. Después de haber recorrido la mitad del mall, nos sentamos en las mesas del local de Starbucks.
-No sé quién se cansó más, ¿tú o yo?- dijo Demi, riendo.
-Bueno, pero al menos sabemos que podemos ir de compras juntos- argumenté. Observamos las más de siete bolsas que ya llevábamos, y reímos más. -mira mi rostro, ya no soy bonito, ¿me dejarás?- pregunté haciendo un puchero. Ella acercó sus dedos a mi mandíbula.
-Aún así te ves hermoso, te ves sexy- se sonrojó mientras reía -pero, si quieres que te deje...- y me devolvió el gesto, estirando sus labios como una niñita triste.
-No, Demi. De hecho... quiero, quería; no, quiero- no podía darme el lujo de ponerme nervioso ahora, después de todo lo que había practicado frente al espejo, pero al ver esos ojos, su bello rostro, mi concentración se desvanecía. -quería preguntarte si quisieras ser mi novia- pregunté escupiendo las palabras con ansiedad, no podía esperar más. Ella me dirigió una mirada, pero que no pude interpretar -hemos pasado este tiempo juntos, sé que tenemos un tipo de relación, quiero que seas un poco más mía; quiero que todos sepan que tienes a alguien, y que ese alguien soy yo. Te quiero demasiado, más de lo que te imaginas. Demi, ¿te gustaría ser mi novia?- al finalizar, tomé un poco de aire, y mis mejillas se tornaron rosadas.
Me quedé observándola, impaciente, esperando a que me dijera algo. Pensaba en todas las estupideces posibles en este universo, estaba nervioso de que sus sentimientos por mí no fueran tan fuertes como los míos como para oficializar nuestra relación.
-¿De verdad me estás preguntando esto?- dijo finalmente. Se puso de pie, yo hice lo mismo, posicionó sus manos en mis costados, y se elevó parándose en puntillas, y besándome de forma tierna y breve -por supuesto que sí, Joe.- me abrazó, y yo a ella. Y ambos nos regalamos otra de esas sonrisas únicas que sólo existían entre nosotros dos.


El resto de nuestro paseo fue mucho mejor, podía abrazarla y besarla con más confianza de lo habitual. Le decía "novia" cada dos segundos, y cada vez que algún chico pasaba y se quedaba mirándola. Ella solo me sonreía, pero eso, para mí, era suficiente.


Habían pasado unos cuantos días, y aunque no había visto a Demi desde esa tarde en el centro comercial, aún no podía borrar la sonrisa de mi cara. Nos llamábamos cada dos segundos, o nos mandábamos mensajes de texto. Nos pusimos de acuerdo para juntarnos ese día, eran alrededor de las 10:00 de la mañana cuando llegó. Apenas la vi, la besé lo más que pude. Nos sentamos en el sillón acurrucados, cuando llegó mi hermano pequeño, Frankie. Saludó a Demi con entusiasmo, a mí, me ignoró, pero luego se colgó de mi cuello y besó torpemente mi mejilla. Vimos una película juntos, pero mi hermanito se puso en medio de los dos, por lo que lo único que podía hacer era mirarla, o tocar su espalda y su cabello.
-Chicos, a almorzar- dijo mi madre desde la cocina. 
Frankie se sentó a la derecha de mi novia, y yo a su izquierda. Estaba casi toda la familia, sólo faltaba Miley, que era como una hermana, en especial para mí.
-¿Quién quiere postre?- preguntó mi mamá, entusiasmada. "¡YO!", gritó mi hermanito, como era de suponerse.
-Yo- dije -pero... ¿puedo decirles algo antes?- pregunté, otra vez me ponía nervioso. Mi mamá me concedió la palabra, no sabía si esto era buena idea, pero necesitaba que todos lo supieran -es que, bueno, ya saben que Demi... bueno, lo que pasa es que- la miré y ella tenía ese brillo en sus ojos, lo que logró tranquilizarme, aunque sea un poco; todos estaban esperando a que yo hablara -Demi y yo estamos saliendo, como novios, Demi es mi novia- sonreí enormemente, estaba realmente feliz.
Todos nos felicitaron, excepto Frankie, que me trató de traidor por robarle a "su chica".
-Yo también tengo algo que decirles- mencionó Nick poniéndose de pie, tan serio como nunca lo había visto, y con una pizca de nostalgia en su mirada.

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