sábado, 24 de septiembre de 2011

Enchanted ~ 25.

Pasaron ocho meses desde entonces.
Mi relación con Demi era cada vez mejor, y más placentera para ambos. Aprendimos a conocernos; obviamente habían peleas de vez en cuando, pero siempre nos reconciliábamos, éso era lo importante. Mi hermano, Nick, se había mudado a New York, a probar suerte en la música, y llevaba su vida muy bien al otro extremo del país. Miley se mudó a Nashville, Tennessee, porque quería volver a sus raíces; aunque supuestamente seguían juntos, supongo que es difícil llevar una relación a tanta distancia. 
Demi habló con Billy para agradecerle por todo, y se fue a vivir con su padre; lo mejor era que ahora estaba más cerca mío.
-Te paso a buscar a las 8:00- dije justo antes de colgar la llamada.


Pasamos nuestros tickets y entramos juntos, en la parte de arriba del escenario se alzaba un gran corazón en llamas con letras que dictaban "House of Blues". Era como un pequeño club nocturno, pero con suficiente espacio como para realizar una tocata. Nos sentamos en las primeras filas, pasé mi brazo por atrás, abrazándola, ella apoyó su cabeza en mi hombro.
-Joe...- susurró alzando su bello rostro; la miré. -gracias por ser el novio perfecto-. Sonreí.
-No soy perfecto, tú lo eres- me incliné para poder besarla, y ella correspondió a mis besos y a mi sonrisa por encima de mis labios.
Para ser honesto, las bandas y cantantes que se presentaron fueron solo una especie de música de fondo para nuestra cita. Hablamos todo lo que debíamos, le lanzaba bromas una y otra vez, sólo para poder ver ese tenue brillo en sus ojos, y para poder contagiarme de esa hermosa fuerte risa que poseía. Quedaba alrededor de hora y media para que el espectáculo terminara, pero igualmente nos retiramos. 
Pasamos a un café camino a casa, tenía un ambiente hogareño y tibio, me gustaba mucho ir ahí. Aunque era bastante concurrido, se sentía algo privado. La observé caminar hasta el mostrador, esa aura que la envolvía me hechizaba más cada día, ese brillo que desprendía me hacía enloquecer. Cada día la quería más, pero, al mismo tiempo, cada día sentía una mayor tensión sexual entre nuestros cuerpos y mentes; sus definidas curvas me volvían loco, en sus ojos aparecía un halo de misterio que quería atravesar; y aunque sé, que lo físico no es lo que importa, pero ella me atraía tanto por su forma de ser, que al admirar su cuerpo no podía sentir culpabilidad alguna.
Sus piernas avanzaban de un modo en que toda su figura podía ser dignamente admirada, su cabello caía ligero por sobre su espalda, pero lo que me llamaba la atención en ese momento eran sus muslos y su trasero. Llegué justo tras ella, que estaba apoyada en el mostrador haciendo su orden. Ya casi no podía resistirme; me moví sigilosamente y con una de mis manos agarré fuertemente su trasero, ella dio un respingo y se volvió a mirarme con unos ojos enormes.
-¡Joe!- mencionó en un agudo hilo de voz.
-Hola- le dije sonriendo con soltura.
Ella soltó una risita nerviosa, el matiz rosado de su cara era casi rojo; no pude evitar sentirme algo mal por ella. 
-Bonita, no tienes idea de cuánto te quiero- dije mientras la abrazaba, de nuevo sonreía como idiota, como cada vez que estaba junto a Demi. Me observó con esos hermosos y grandes ojos cafés que sólo ella puede poseer en este planeta. Terminamos de ordenar, y luego nos fuimos a sentar.
Hablamos, otra vez, pero no escuché nada, me distraía ver el movimiento de su boca, cada forma que pronunciaba, esa especie de sonrisa al saber que yo sólo la miraba a ella, el roce de sus labios unos con otros, mi mente daba gritos implorando el poder tocarlos una vez más; cada gesto que se formaba en su fino rostro, la manera en que arrugaba su nariz cuando mencionaba algo incómodo y estaba a punto de reír. Hace tiempo me preguntaba si podría estar enamorándome de la persona que ahora estaba a mi lado; ¿ahora?, ahora sentía algo que nunca jamás experimenté, el querer y tener que depender de esa persona en particular, el deseo de sólo querer, estando cerca o no, esperando nada más que una señal de un afecto recíproco, la reacción de pensar en ella y en algún momento juntos cada vez, al escuchar a alguien cantar sobre amor. 
Pero tenía miedo; esto no era como lo que sentí con Camilla, aunque se le asimilaba bastante; y, ¿por qué me hacía esto yo mismo?, si en verdad quería a mi novia actual debía dejar de compararlas, mi cerebro sabía muy bien que Demi era todo lo contrario a esa chica que me rompió en millones de pedazos y los expuso públicamente; pero mi corazón no estaba dispuesto a aceptar la idea de que esta vez ella no me haría daño.
-Te ves lindo con tus lentes- mencionó alegre.
-Pues... gracias- reí atontado -tú siempre te ves hermosa- respondí tomando su mano.
-Ya basta- reclamó -¿por qué no aceptas de una vez lo asombroso que eres y que eres mi hombre ideal?- me dirigió una mirada tan honesta, que sentía que si seguía con el tema la ofendería de algún modo. 


Bajo el umbral de la puerta de entrada de su casa intentábamos despedirnos.
-Entonces... ¿qué día?- preguntó acercándose a mí.
-Emm... ¿de qué me estás hablando?- reí tomando sus manos con las mías y ubicándolas entre nosotros, acerqué mi cabeza a la suya y choqué nuestras frentes, algo torpe, debo decir. Se quejó por algo del dolor pero luego reímos.
-No seas tonto- dijo dando un pequeño golpe en mi panza, y separándose algo de mí, pero se lo impedí  tirando desde su muñeca.
-¿De verdad creíste que me olvidaría?- cuestioné con mis labios entre su mandíbula y cuello tratando de besarla, mientras ella reía de una manera sumamente adorable. El jueves que seguía cumplíamos nueve meses juntos de manera oficial, no podría olvidarme.
Tras estar un buen lapso de tiempo riéndonos y besándonos logramos despedirnos, me fui caminando hasta mi hogar, el barrio era tranquilo, y nuestras residencias se encontraban muy cerca; en todo el camino iba dando pequeños saltos, y todavía no podía borrar mi sonrisa. Justo antes de que mi hermano mayor abriera la puerta alcancé a enviarle un mensaje deseándole unas buenas noches.
-Joe, ella es una amiga de Dani- dijo Kevin señalando a la muchacha junto a mi cuñada. Era alta, delgada, con un pelo color chocolate, y los huesos de la cara le sobresalían, me acerqué a saludar.
-Soy Ashley- dijo sonriente y pude notar un aire coqueto en sus palabras y movimientos.
-Soy Joe, mucho gusto- respondí estrechando su mano.



______________________________________________________________
Sorry, por si es corto, ya voy en el capítulo 25 y ya tengo todas las ideas hechas, yo creo que unos cuantos capítulos más y ya... listo. Por ahora sólo les pido que disfruten leyendo esta novela tanto como yo lo hago al escribirla :3 

1 comentario:

  1. kergjerkjrkgjkgrjgkre *muerta* no me digay que el joe va a tener algo con la hermana de la danielle po krgjekrgjrkgjek


    cuídate y síguela <3

    ResponderEliminar